¿DE QUE SE TRATA LA ENFERMEDAD?
Para los que no conocen del tema, la enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno, cereales muy comunes en la dieta de los argentinos.
Estas proteínas afectan directamente al intestino, encargado de la absorción de los nutrientes, que a consecuencia de esto no puede cumplir con su función. Los alimentos que más comunmente ingerimos que contienen gluten son por ejemplo el pan, las pastas, medialunas, pizzas y empanadas.
El único tratamiento es una dieta estricta y de por vida que consiste en alimentos sin gluten.
A diferencia de otros problemas crónicos, la enfermedad celíaca tiene una enorme ventaja:las personas que hacen la dieta sin gluten normalizan totalmente su intestino, borrándose los rastros de la enfermedad.
Pero tiene una desventaja, la dieta debe cumplirse siempre. Cada vez que las personas con celiaquía comen algo que contiene gluten se produce un daño en el intestino (inflamación) que persiste por un tiempo, hasta que se repara nuevamente. Es por eso que los celíacos no podemos comer nada de gluten, y no es fácil. A tal punto es complejo implementar una dieta libre de gluten que es muy común que el celíaco se lleve su comida a donde vaya. Sin embargo no es infrecuente que algún compañero, amigo o familiar tratando de ayudar diga: ¨Comé un poquito...¿que te va a hacer? A veces alguien puede pensar que un celíaco exagera cuando se niega a comer alimentos de los cuales desconoce la marca, o que tienen peligro de estar contaminados con gluten. Es importante saber que pequeñas cantidades de gluten(como las que puede haber en el aceite en el cual se frieron milanesas hechas con pan rayado común) alcanzan para mantener la enfermedad.
No es fácil cocinar para un celíaco sin saber del tema. Hay gluten en muchos alimentos de los cuales nunca sospecharíamos, ya sea porque se contaminaron en el proceso de elaboración o porque lo contienen en su manufactura.
Cuando se invita a un celíaco a comer a la casa, hay que intentar hablar abiertamente del tema, dándole la oportunidad de elegir lo que le haga sentir más cómodo, ofreciéndole ya sea traer su propia comida o tratando de que nos informe exactamente qué puede comer. y también hay que comprender cuando un celíaco no tiene interés en hablar mucho del tema o siente dificultad en contarnos su enfermedad, porque si bien no debería sentir ninguna verguenza, quizás alguna vez, alguien,por ignorancia o no, puede haber hecho que se sintiese diferente.